El tratamiento de lacado del aluminio es un procedimiento especial de protección de la superficie de los perfiles con una capa de pintura en polvo.
El proceso del lacado comienza disponiendo los perfiles en el tren de lacado, encargado de guiar todos los procesos necesarios con el objetivo de alcanzar un lacado de máxima calidad. Los perfiles de aluminio han de tener un tratamiento superficial inicial que garantice la posterior adherencia de la pintura.
La fase de pintura se realiza mediante dos cabinas verticales donde se proyecta el polvo sobre los perfiles, quedando adherido a estos por efecto de la electricidad estática. Este punto es clave para controlar la masa y perímetro del perfil con el fin de garantizar un espesor de pintura constante siempre por encima de los sellos de calidad más exigentes.
Posteriormente, las barras se pasan por un horno infrarrojo accediendo al último paso del proceso de lacado consistente en un tratamiento a 190 ºC en el que la pintura (inicialmente en polvo) se polimeriza, formando una capa sólida de gran calidad que definirá el acabado final del perfil.
Este proceso se puede aplicar a piezas y perfiles hasta 7,5 metros.