Como todos sabemos, y muy a nuestro pesar todos hemos vivido, la crisis económica que arrasó nuestro país allá por el año 2008 hizo verdaderos estragos, consecuencias que seguimos viviendo a día de hoy. Centenares o millares de empresas fueron a la quiebra con lo que ello conlleva, trabajadores y familias de los mismos sin un sueldo que llevar a casa, limitada solvencia para llegar a fin de mes incluso con las necesidades básicas como es la comida, acrredores sin cobrar la parte de su trabajo, el mercado de la oferta y la demanda destruido en su práctica totalidad…
En general, unas circunstancias difíciles y realmente duras que obligaron a muchísimas empresas, entre las que se encuentra Iberalc, a abrocharnos los cinturones y a caminar hacia delante, buscando nuevas alternativas de negocio gracias a la diversificación de las posibilidades, centrando nuestra fuerza en aquellos puntos que podían devolvernos con el paso del tiempo unos resultados positivos, lo suficiente para continuar con iniciativa y fuerte tesón nuestra labor profesional.
Siete años después, parece que el ambiente se ha tornado un poco más amable y agradable, los miedos comienzan a disiparse, los proyectos toman forma y aquellas “semillas” sembradas a lo largo de los duros años están dando sus frutos, el trabajo realizado, la intensa labor comercial, se traduce en trabajos y pedidos reales.
Los datos oficiales que descubrimos en los estudios estadísticos evidencian que la sensación es positiva, no en vano en septiembre de 2014 la nota media en lo relativo a la situación general del país era de un 3,98 por un 4,15 en el reciente agosto de 2015. Por su parte, la nota sobre cómo el español ve su situación personal también ha aumentado respecto de 2014 pasando de un 5,48 a un 6. (Datos de Índices de Consumo del Observatorio Cetelem).
Iberalc continúa con paso firme su andadura empresarial, orgulloso de su trabajo en el mundo del aluminio anodizado y agradecido a sus clientes por la confianza depositada.
Iniciativa, motivación y trabajo.
